• Lávese diariamente pies y manos con agua tibia y jabón.
  • Séquese bien los pies, también entre los dedos.
  • Córtese las uñas horizontalmente y no lo haga al ras. Un podólogo tratara uñas y callosidades. Si utiliza lima de uñas, la misma debe ser de papel.
  • Use una loción hidratante (mantiene la piel flexible). No la aplique entre los dedos ya que esto favorece la humedad y aparición de hongos.
  • Mantenga los pies calientes y secos.
  • No utilice fuentes extensas de calor, como secador de pelo o bolsa de agua caliente.
  • Utilice siempre calzado holgado, preferentemente de cuero.
  • Examine diariamente que el calzado no tenga nada que pueda irritar su piel: Gritas, clavos, piedras, elementos punzantes o irregularidades.
  • Si tiene limitaciones visuales o motoras para revisar sus pies, pida ayuda a un familiar.