Hoy, 2 de abril, se celebra el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. La fecha fue decretada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, con el objetivo de contribuir a la mejora de la calidad de vida de la población que tiene esta condición. También pretende promover la inclusión como ciudadanos de pleno derecho en todos los ámbitos de la sociedad.
El autismo, también denominado trastorno del espectro autista, constituye un grupo de afecciones diversas relacionadas con el desarrollo del cerebro. Las características pueden detectarse en la primera infancia, pero, a menudo, el autismo no se diagnostica hasta mucho más tarde.
Se estima que la tasa de incidencia es de 1 cada 160 personas. Las capacidades y las necesidades de las personas con autismo varían y pueden evolucionar con el tiempo. Aunque algunas personas con autismo pueden vivir de manera independiente, hay otras con discapacidades graves que necesitan constante atención y apoyo durante toda su vida.
Las intervenciones psicosociales basadas en evidencias pueden mejorar las aptitudes sociales y para la comunicación, y tener un impacto positivo en el bienestar y la calidad de vida de las personas con autismo y de sus cuidadores. La atención a las personas con autismo debe ir acompañada de medidas en el ámbito comunitario y social para lograr mayor accesibilidad, inclusividad y apoyo.
Qué es
Los trastornos del espectro autista (TEA) son un grupo de afecciones diversas. Se caracterizan por algún grado de dificultad en la interacción social y la comunicación. También presentan patrones atípicos de actividad y comportamiento; por ejemplo, dificultad para pasar de una actividad a otra, gran atención a los detalles y reacciones poco habituales a las sensaciones.
El autismo suele influir en la educación y las oportunidades de empleo. Las actitudes sociales y el nivel de apoyo prestado por las autoridades locales y nacionales son factores importantes que determinan la calidad de vida de las personas con autismo.
Las personas con autismo presentan a menudo afecciones comórbidas, como epilepsia, depresión, ansiedad y trastorno de déficit de atención e hiperactividad, y comportamientos problemáticos, como dificultad para dormir y autolesiones. El nivel intelectual varía mucho de un caso a otro, y va desde un deterioro profundo hasta casos con aptitudes cognitivas altas.
Signos y síntomas
Es importante destacar que los síntomas del autismo varían en cada persona y en su intensidad. Además, los síntomas pueden manifestarse de manera diferente en diferentes etapas de la vida.
- Dificultades en la comunicación verbal y no verbal: Las personas con autismo pueden tener dificultades para iniciar y mantener conversaciones, interpretar lenguaje no verbal como gestos, expresiones faciales y tono de voz. También pueden tener un lenguaje limitado y repetitivo.
- Dificultades en la interacción social: Las personas con autismo pueden tener dificultades para desarrollar relaciones sociales significativas y pueden parecer indiferentes o no estar interesadas en interactuar con los demás. También pueden tener dificultades para comprender y responder adecuadamente a las emociones y expresiones faciales de otras personas.
- Comportamientos repetitivos o estereotipados: Las personas con autismo pueden tener movimientos repetitivos como balancearse, mover las manos o dedos de manera repetitiva, o insistir en mantener las mismas rutinas y patrones de comportamiento.
- Intereses y actividades limitados: Las personas con autismo pueden tener intereses intensos y enfocados en un tema específico, y pueden tener dificultades para participar en actividades que no estén relacionadas con esos intereses.
La detección temprana y el diagnóstico son cruciales para que las personas con autismo puedan recibir el apoyo y las intervenciones necesarias para maximizar su potencial y mejorar su calidad de vida.
Pronóstico
El pronóstico varía dependiendo de cada persona y de la gravedad de sus síntomas. Algunas personas con autismo pueden llevar una vida independiente y exitosa, mientras que otras pueden requerir apoyo y atención a largo plazo.
En general, las personas con autismo pueden beneficiarse de intervenciones tempranas y efectivas, así como de un ambiente de apoyo y comprensión. Las terapias conductuales, la terapia del habla y ocupacional, y los tratamientos farmacológicos pueden ayudar a mejorar los síntomas del autismo y a aumentar la capacidad de la persona para funcionar en la sociedad.
Es importante tener en cuenta que las personas con autismo tienen habilidades y talentos únicos, y que con el apoyo adecuado pueden llevar una vida satisfactoria y significativa. Algunas personas con autismo pueden tener habilidades especiales en áreas como las matemáticas, la música o el arte, y pueden hacer contribuciones valiosas a la sociedad.