Se celebra cada segundo jueves de marzo
Esta fecha se estableció con el fin de incentivar la investigación sobre la enfermedad renal crónica, patología que, según datos oficiales, afecta al 10% de la población mundial.
Por las características propias del padecimiento, el paciente no suele darse cuenta hasta que el problema ya se encuentra bastante avanzado y los únicos caminos que les quedan por transitar es la diálisis o un trasplante de riñón.
Las causas más comunes de enfermedad renal son la hipertensión y la diabetes. Esta última es la segunda causa más común de insuficiencia renal terminal en la mayoría de los países desarrollados. Asimismo, existen otros detonantes menos frecuentes como por ejemplo el uso prolongado de analgésicos y de antiinflamatorios y algunas inflamaciones o infecciones.
Consecuencias de las enfermedades renales
Los riñones funcionan como gran filtro del organismo; si fallan o se obstruyen, el cuerpo se intoxica a niveles que pueden llegar a ser mortales.
Si la salud renal es endeble, hay mayor riesgo de sufrir infartos de miocardio y accidentes cerebro vasculares, dado que nuestra sangre permanece sucia, ya sea por exceso de colesterol, es decir grasa, o cualquier otro tipo de sedimentos que no fueron drenados por medio de la orina.
Factores de riesgo
Existen diversos factores que pueden predisponer a la aparición de esta enfermedad: edad avanzada, infección crónica, diabetes, hipertensión arterial, trastornos inmunológicos, problemas renales y hepáticos de base, hipertrofia prostática y obstrucción vesical.
Los signos y síntomas que presentan estos pacientes son:
- Disminución de la producción de orina.
- Falta de eliminación de los productos de desecho a través de la orina.
- Retención de líquidos, provocando edemas (hinchazón) en las piernas, tobillos o pies.
- Somnolencia, dificultad respiratoria, fatiga, confusión e incluso coma en los casos muy graves y asociados, normalmente, a otras enfermedades.
8 reglas de oro para una salud renal
Los especialistas de la Sociedad Argentina de Nefrología (SAN) resaltan la importancia de las 8 reglas de oro elaboradas para el cuidado de la salud renal:
- Mantenerse en forma y activo.
- Llevar un control regular de los niveles de glucosa en sangre.
- Monitorear la presión arterial.
- Comer saludablemente y mantener el peso bajo control.
- Sostener una ingesta de líquidos saludables.
- No fumar.
- No automedicarse.
- Chequear periódicamente la función renal si se tiene uno o más factores de riesgo.
Estas reglas son también aplicables para las personas que tienen algún grado de enfermedad renal, con la salvedad de que la cantidad de hidratación, la alimentación y los controles periódicos deben ser monitoreados, ajustados y controlados por sus médicos o médicas tratantes.