Desde 2008, cada 12 de marzo, se conmemora el Día Mundial del Glaucoma con el fin de concientizar a la población sobre la prevención de esta patología. La iniciativa fue promovida por la Asociación Mundial de Glaucoma y la Asociación Mundial de Pacientes con Glaucoma.
El glaucoma es una enfermedad de la vista, irreversible, neurodegenerativa y multifactorial, caracterizada frecuentemente por hipertensión ocular y afectación del nervio óptico. Se lo conoce como “el ladrón sigiloso de la visión” ya que el paciente no advierte la pérdida de la visión hasta que el daño es significativo.
Es importante resaltar que con un adecuado diagnóstico y tratamiento, la mayoría de los pacientes puede conservar la visión.
Datos y cifras
El glaucoma constituye la primera causa de ceguera en el mundo desarrollado. La mitad de las personas que tienen glaucoma, no lo sabe.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) elaboró un informe mundial sobre la visión y proyectó que en 2019 ya había alrededor de 80 millones de personas afectadas por glaucoma, la mayoría de ellas, con glaucoma crónico.
En mayores de 80 años, se estima que entre el 10 al 12% de la población tiene esta enfermedad.
Se estima que entre 1,5 y 2,5 de argentinos tienen glaucoma.
Prevalece en más del 3 % de la población de mayores de 40 años y del 7% en mayores de 75 años.
Factores de riesgo, síntomas y tratamientos
Si bien es una enfermedad multicausal, los principales factores de riesgo son:
- Hipertensión ocular
- Edad
- Uso de corticoides
- Traumatismos en los ojos
- diabetes mal controlada
- Antecedentes familiares.
Por lo general el glaucoma no presenta síntomas. Sin embargo, algunos pacientes con variantes menos frecuentes pueden tener náuseas, dolor de ojos, visión borrosa, dolor de cabeza y pérdida de la visión.
Los tratamientos incluyen colirios con hipotensores, ambulatorios láser, opciones quirúrgicas, entre otros. Depende del grado de avance, el tipo y el origen, por ejemplo.
Tipos de glaucoma
Existen cuatro tipos principales de glaucoma, cada uno con una sintomatología particular.
- De ángulo abierto. Es el más común, se desconoce su causa y tiende a ser hereditario.
- De ángulo cerrado. Se produce cuando el líquido se bloquea rápidamente porque el iris está muy cerca del ángulo de drenaje, lo que hace que también la presión ocular se eleve rápido. Presenta síntomas como dolor en el ojo, visión borrosa, sensación de inflamación en el ojo y náuseas.
- Secundaria. Lo generan enfermedades como la diabetes o la uveítis, lesiones oculares o los corticoides y su sintomatología puede ser como de glaucoma de ángulo abierto o de ángulo cerrado porque se relaciona con la causa de la enfermedad.
- Congénita. Es hereditaria en la mayoría de los casos y los síntomas aparecen a los pocos meses del nacimiento: opacidad en la parte frontal del ojo, agrandamiento y/o enrojecimiento del ojo, sensibilidad a la luz y lagrimeo.
Prevención
Cabe destacar que con detección temprana y tratamiento, el riesgo de ceguera es realmente bajo.
Por ello, se recomienda realizar un control anual al oftalmólogo, que puede ser más frecuente en el caso de quienes estén en mayor riesgo. El examen de detección del glaucoma es indoloro y consiste en una revisión con aparatología para observar el fondo de los ojos y controlar la presión intraocular.
Realizar actividad física regular y moderada ayuda a prevenir el glaucoma, ya que contribuye a reducir la presión ocular.
Es importante, además, conocer los antecedentes familiares y utilizar protección para los ojos en situaciones de potencial riesgo.